Ley Alina: Legítima defensa
cuando sobrevivir no debería ser un delito
Claudia no tiene nombre en los expedientes judiciales. En ellos solo es “la procesada”. Fue encarcelada en Baja California por matar a su pareja agresor durante un intento de violación. Lo hizo con las tijeras que encontró en la cocina. El dictamen de la fiscalía decía: “exceso en la defensa”. La sentencia: 12 años.
Como ella, hay decenas de mujeres en México encarceladas por defenderse. El sistema de justicia, dominado por una lógica patriarcal, no considera las agresiones previas, el miedo acumulado ni la desesperación. La legítima defensa para ellas, simplemente, no aplica.
¿Qué es la Ley Alina?
Nombrada así en honor a Alina, una mujer que fue criminalizada por defenderse de su agresor, la Ley Alina es una iniciativa impulsada en Baja California en 2023. Su objetivo es claro:
Evitar la criminalización de mujeres que, en contextos de violencia física, sexual o feminicida, se defienden y sobreviven.
El proyecto propone reformar el Código Penal estatal y federal para:
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Incluir la perspectiva de género en el análisis de legítima defensa.
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Presumir la defensa legítima en casos donde la víctima ha sufrido violencia sistemática.
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Proteger especialmente a mujeres, niñas y personas de la diversidad sexual.
La violencia que no se ve
“No era la primera vez que me pegaba, pero sí la primera que yo reaccioné”, dijo una mujer durante una audiencia en Mexicali. Durante años, el abuso psicológico y físico no dejó marcas visibles… hasta que ella respondió. Paradójicamente, la justicia fue más rápida en procesarla a ella que en protegerla antes.
La Ley Alina parte de un reconocimiento: la violencia contra las mujeres no siempre ocurre de forma súbita, sino como un proceso de dominación progresiva. La respuesta de la víctima suele darse en condiciones de miedo, inferioridad física y abandono institucional.
¿Por qué es necesaria?
Según la Red Nacional de Refugios, en 2024 más de 2,000 mujeres han denunciado amenazas de muerte por parte de sus parejas. Muchas ya habían acudido a instancias de justicia sin recibir protección.
El caso más emblemático es el de Yazmín Esquivel, en Baja California, quien mató a su agresor después de múltiples denuncias ignoradas. El juez no consideró el historial. La defensa no fue “proporcional”.
Uno de los retos más grandes de esta ley es el machismo estructural en el sistema judicial. Muchos jueces siguen valorando la defensa femenina con los mismos parámetros que se aplicarían a un hombre armado.
“Nos piden actuar como hombres entrenados en defensa personal, en calma y bajo control”, dice Teresa González, abogada penalista. “Pero una mujer violentada no responde con técnica: responde con lo que tiene para no morir”.
Desde su aprobación en Baja California, se han iniciado procesos de revisión de sentencias. Casos emblemáticos podrían reabrirse. Además, otros estados como Veracruz, Jalisco y Ciudad de México ya preparan iniciativas similares.
A nivel federal, colectivas feministas presionan para que la reforma se apruebe en el Congreso de la Unión y sea obligatoria en todo el país.
La Ley Alina no es solo una reforma legal. Es un mensaje político y cultural: las mujeres tienen derecho a vivir y a defenderse sin ser criminalizadas.
Claudia, que salió libre tras seis años gracias a una apelación con perspectiva de género, lo resume así:
“No soy una asesina. Soy una sobreviviente. Y no quiero que ninguna mujer vuelva a pasar por lo que yo viví.”
la Ley Alina no busca justificar crímenes ni fomentar la impunidad, sino proteger a mujeres que actúan en legítima defensa en situaciones extremas de violencia.
Una de las críticas más frecuentes —y desinformadas— en redes sociales es que la Ley Alina “permite matar hombres sin consecuencias”. Esto es completamente falso.
La Ley Alina no promueve el odio ni la violencia, sino que exige que los jueces reconozcan el contexto de violencia previa que muchas mujeres enfrentan.
No se trata de impunidad, sino de justicia. No se trata de venganza, sino de supervivencia.
“Quien dice que esta ley busca criminalizar a los hombres no ha leído ni una sola línea de su texto”, explica la abogada feminista Estela Ruiz. “Solo busca evitar que una mujer violada, golpeada o amenazada con ser asesinada termine en la cárcel por salvar su vida”.
Fuentes
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Observatorio de Violencia de Género en Baja California
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Red Nacional de Refugios (RNR), informe 2024
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Entrevistas con abogadas de la colectiva “Nos Queremos Vivas”
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Iniciativa de reforma presentada al Congreso de Baja California (2023)
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