NO SEAS CONFORMISTA SAL A VOTAR

CON EL PUEBLO TODO SIN EL PUEBLO NADA 

El próximo 1 de junio, millones de mexicanos están convocados a ejercer uno de sus derechos más fundamentales: el voto. En esta elección, además de cargos ejecutivos y legislativos, se discute en el país la posibilidad de una transformación histórica: elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial.

¿Debe el pueblo tener voz directa en la designación de quienes imparten justicia?

La idea no es menor. El Poder Judicial tiene la responsabilidad de garantizar que las leyes se apliquen con imparcialidad, resolver conflictos entre ciudadanos, y poner límites al poder de los gobiernos. Cuando este poder se percibe como alejado de la ciudadanía o sometido a intereses políticos, pierde legitimidad y se debilita el Estado de Derecho.

Por eso, cada vez más personas consideran que la democracia debe ampliarse, no solo para elegir a gobernantes, sino también para participar en la renovación de instituciones clave como el Poder Judicial.

Quienes impulsan esta reforma sostienen que la elección directa daría voz al pueblo, fortalecería la rendición de cuentas y permitiría remover a jueces corruptos o insensibles a las necesidades sociales. Quienes se oponen temen que se politice la justicia y que se debiliten los contrapesos institucionales.

Más allá del debate, lo cierto es que la participación ciudadana es el pilar de toda democracia. Este 1 de junio, el voto no solo elegirá representantes, sino que enviará un mensaje claro sobre el rumbo que queremos como sociedad: más justicia, más transparencia y más poder para el pueblo.

En una nación donde la impunidad ha sido moneda corriente y donde el acceso a la justicia sigue siendo desigual, votar es más que un derecho: es una herramienta de transformación.

Porque el voto es el arma del pueblo. Y este 1 de junio, el pueblo tiene la palabra.